La historia de las epidemias y enfermedades a lo largo del tiempo ha dejado una marca en la humanidad, desde la peste en Europa durante la Edad Media hasta la pandemia de COVID hace cuatro años. En este sentido, la comunidad aragonesa no ha sido ajena a estos desafíos de salud pública.
En 1820, Zaragoza se vio afectada por la peste, al igual que en 1971 cuando las localidades de Épila y Rueda sufrieron una epidemia de cólera. Ante estas situaciones, las autoridades locales y extranjeras se movilizaron para contener la propagación de la enfermedad.
En respuesta a la crisis, se llevó a cabo una campaña de vacunación masiva en Zaragoza y la provincia, lo que dio resultados positivos en el control del brote de cólera. Este no es el primer brote de cólera que enfrenta la ciudad, ya que en 1885 también se vivió una epidemia similar.
Durante la epidemia de cólera de 1885, Zaragoza tomó medidas contundentes que le valieron el reconocimiento como ciudad ‘Muy Benéfica’. Estas acciones son un ejemplo de cómo la historia puede servir como lección para enfrentar los desafíos de salud pública en el presente.
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