Siempre dependemos de alguien a nuestro alrededor, o casi siempre, para ser más exacto; Toda acción humana se relaciona con el estar y ser parte una comunidad.
Desde la antigüedad hemos aprendido a convivir en sociedad, estructurando modelos de actuación que se confirman según la ley de la experiencia adquirida en el transcurso de generaciones que heredan éxitos y fracasos en una regla diseñada al final de este universo en el que nos En Vivo; reconociendo que somos uno entre millones de años luz, según las distancias cosmológicas de que nos valemos, para afirmar y asegurar definiciones personales.
Somos producto de succesivos estados de conciencia, dominios matemáticos que responden a las preguntas armonizadas bajo el crisol del lenguaje humano para repetir esquemas, formatos y conductas de análisis valideras; que además, se van adecuando, permanentemente.
Es recomendable leer un libro, estudiar la materia y el tiempo como elementos unívocos de una secuencia en red serial que ofrece conciencia al ser humano y acompaña durante su permanencia en este particular estado de realidad.
Dormitamos en viaje a las estrellas, sueños fantásticos, casi irrealizables, deseos y anhelos personales que deben hacerse carne en la lucidez de la vigilia; pero que se anuncia en la presencia onírica de juegos sin orden lógico; o, a lo menos, prestidigitaciones alucinantes de la existencia propia en alguna estrella del sistema serial en el orden de partículas subatómicas.
Deseo abrir la puerta del sur para que mi Antártica soñada regale agua purpurina, volar por sobre los satélites que transita el orbe terráqueo, escribir la historia del hombre que tomaba café… el juego del ser nonato que se aproxima al cimiento, la despedida de los Abuelos después de una vida longeva, el aire puro de una mañana de septiembre o una lovizna tenue en otoño. Deseo extender mis brazos y encontrar respuesta en mi vecino, darle una ojeada al principio del universo para reconocer vamos y quienes somos: Una porción de energía que se acumuló hacia dónde un cerebro capaz, halito y esencia, entonces demos deboscur la rutina vital de convivir en comunidad interdependiente unos de todos…
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