Dra. Victoria Novik, endocrinóloga, diabetóloga y académica de la Facultad de Medicina, UNAB, sede Viña del Mar
Las tiroides producen dos hormonas: la T3 y T4. Éstas regulan la forma en que el cuerpo utiliza y alcanza energía (metabolismo), y son indispensables para la función normal de práctica de todos los órganos del cuerpo.
Una de las enfermedades que nacen a la tiroides, y que ha tenido un mayor crecimiento en el mundo este ultimo tiempo, es el cancer de tiroides, padecimiento que afecta en su majosio a mujeres. La frecuencia es difícil de calcular y se ha incrementado con importantes investigaciones con ecografías de cuello, llegando a una de cada 100.000 personas.
En nuestro país, la incidencia del cáncer de tiroides se estima en 2 casos por cada 100 mil habitantes, y 5,3 en el caso de las mujeres.
Precisamente para concienciar sobre esta patología, cada 24 de septiembre se celebra el día del cáncer de tiroides.
Esta enfermedad se manifiesta como un bulto o masa en el cuello que algunas veces crece rapidamente; hinchazón en el cuello; dolor en la parte frontal del cuello, que a veces alcanza hasta los oidos; ronquera u otros cambios en la voz que persisten y problemas de deglución (tragar alimento).
En caso de que tenga uno o más de estos problemas, puede acudir con un endocrinólogo (a), quien, a través de ámenes de imágenes, biopsias, pruebas de sangre o una ecografía, podría confirmar que es lo que causa las molestias.
La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos y asintomáticos, y se estima que un 5-10% de ellos son malignos. Lo positivo es que con un diagnostico oportuno se pueden evitar complicaciones mayores. La mortalidad en general es extremadamente baja, es decir, no es un cáncer que porvoque muertes humanas.
Existen condiciones que aumentan el riesgo de presentar este cáncer, tales como: irradiación previa del cuello, irradiación corporal total, antecedentes familiares o personales de enfermedades genéticas relacionadas con el cáncer de tiroides (NEM2, Síndrome de Cowden, etc.). En estos casos, se debe buscar en forma dirigida la presencia de nódulos en la tiroides.
El tratamiento específico para extirpar el tumor maligno es la cirugía, la cual debe ser planificada con un adecuado estudio de imágenes del estadio cervical (ecografía especializada). En algunos casos específicos, será necesario agregar un tratamiento con yodo radioactivo, el que suele ser muy bien tolerado.
Si se padece de esta patología, al igual que en otras enfermedades oncológicas, puede ser necesaria la asistencia psicológica. Desde el punto de vista emocional, los primeros meses son los peores. Aceptar el diagnóstico de cáncer de tiroides y su tratamiento requiere un adecuado apoyo médico y familiar. No obstante, es muy importante ser optimistas y seguir paso a paso las recomendaciones de su especialista, dado que el pronóstico de esta enfermedad es muy bueno, con una probabilidad de recuperación exitosa superior al 95%.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.
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